Cuando pagábamos con un fajo de billetes
Antaño ir con dinero en el bolsillo era el mejor sistema para conseguir un descuento al adquirir nuestro vehículo soñado.
Para la adquisición de vehículos nuevos, hoy las cosas han cambiado. Sorprendentemente es más caro comprar un coche a tocateja que financiarlo, o en el mejor de los casos la diferencia entre ambos importes es despreciable.
¿Se trata de una subida encubierta del precio de los vehículos?, ¿ocultar precios?, ¿o aprovechar y practicar una venta cruzada?
Un ejemplo de financiación por el fabricante
Si ponemos por ejemplo un utilitario de una conocida marca, su precio inicial es de 10.000,00 €. Pero ese magnífico precio solo es realizable financiando. Y ahí comienza el calvario de las condiciones: seguro, posibilidad de no dar entrada, gran cuota final, …
En primer lugar, es obligatoria la contratación de un seguro de impago, que se dispara a los 667.78 € para el periodo máximo de 60 meses. Disponer del seguro obviamente es positivo para el futuro propietario y excelente para la financiadora, que traslada el riesgo de la operación a la empresa aseguradora.
La condición de una letra con un pago final muy considerable tampoco es lo más adecuado para el común de los mortales. La mayor parte de los adquirientes de vehículos son trabajadores asalariados que perciben ingresos mensuales más o menos constantes.
Adecuándose con el flujo de ingresos y la vida útil del bien, lo ideal es pagar cada mes una cantidad constante para mantener la estabilidad entre el flujo de ingresos y pagos.
Al contrario, efectuar el pago de la entrada resulta positivo ya que su adelanto nos habrá obligado a ahorrar y añadido, sobre ese importe no pagaremos intereses.
La trampa de la última cuota
Pero en contra, el pago de una cuota final muy elevada es muy negativa. Para cumplir con la obligación adquirida el financiado se ve obligado a ahorrar para esa última letra o conseguir la financiación para tapar el primer agujero. De tal manera que es totalmente desaconsejable el pago de préstamo con una fuerte letra final si nuestra intención es quedarnos con el vehículo. Otra cosa sería que al final de la financiación estuviéramos interesados en sustituir el vehículo por otro nuevo y estar continuamente financiado.
Comparando TAE
Dado que las comisiones de apertura y los tipos son bastante fluctuantes para comparar los préstamos de la financiera de la marca de vehículos y otros financiadores se hará uso del TAE.
La Tasa Anual Equivalente (TAE) de un préstamo, indica el rendimiento o coste efectivo. Para su cálculo considera el tipo de interés, gastos y comisiones, y momento en el que se ejecutan los abonos y cargos.
Empresa | TAE |
Financiera Vehículos | 9.60-10.70 |
CajaMar | 6.12 |
Cofidis | 6.13 |
Ibercaja | 6.16 |
BBVA | 5.61 |
¡Sorpresa! La TAE de la financiadora de la empresa de vehículos es un 70% más cara que acudir a otros financiadores.
Pasando el TAE a euros si nos prestarán 10.000,00 € durante un año en una única cuota los intereses a pagar irían desde unos 600,00 € a los 1.000,00. Una diferencia que hace plantearse si vale la pena aceptar la financiera del fabricante.
Un consejo para comprar el coche nuevo
Si nuestra situación económica nos permite el pago efectivo, el valorar financiar el vehículo se reduce a comprobar la diferencia del precio al contado con el financiado por ellos.
Al contrario, si nuestra situación nos obliga a solicitar financiación y hay margen, entre el precio de venta al contado y financiado será interesante estudiar con bancos y financieras otras propuestas.
El coste será un factor determinante, pero sin olvidar la adecuación de los pagos a nuestras posibilidades, intentado huir de un pago alto en el último recibo.