¿Cuánto de innovadores somos?
En Gregal lo tenemos claro: “Somos lo innovadores que nos obligan”.
La Innovación es generalmente entendida como la introducción de algo nuevo o significativamente mejorado, ya sean bienes y servicios o en procesos. Esta introducción de algo “nuevo” debe conseguir la exitosa implementación de ideas creativas. La innovación es un acto intencional, diseñado para mejorar el rendimiento de los procesos, del trabajo de la organización, con el objetivo de obtener mejores resultados. En esto Gregal es pionero, para nosotros innovar se traduce en la introducción de »nuevas soluciones» en los departamentos de compras, expediciones, ventas y marketing, cultivos y tratamientos, laboral, costes,… de manera que las empresas adquieran un mayor control de su negocio y una clara ventaja competitiva.
Sólo con mejores resultados se produce innovación. Mejoras que se reflejan en los procesos y procedimientos, los flujos de información, en definitiva en la gestión de la empresa. Para Gregal, innovar es proveer de nuevas soluciones tecnológicas a aquellos problemas que tienen un profundo impacto en los ingresos de nuestros clientes.
En economía, Joseph Schumpeter (1939) fue quien introdujo el concepto en su «teoría de las innovaciones» definiendo una nueva función de producción, en la que la economía y la sociedad cambian cuando los factores de producción se combinan de manera novedosa. Sugiere que invenciones e innovaciones son la clave del crecimiento económico y define el siguiente concepto: «Si en vez de alterar la cantidad de los factores, alteramos la forma de la función de producción que los combinan el resultado es innovador […] así definiremos la innovación simplemente como la creación de una nueva función de producción.»
Existen distintas formas de tipificar la innovación. Para unos existen al menos tres tipos de innovación: incremental (pequeñas extensiones de la tecnología existente), estructural (la reinvención de la tecnología existente para los nuevos propósitos) y disruptiva o discontinua (el desarrollo de un enfoque totalmente nuevo para cumplir o anticiparse a una necesidad de mercado).
La innovación sigue un modelo en cuatro fases
- Generación de conocimiento (investigación básica),
- Tecnología (investigación aplicada),
- Invención (desarrollo experimental),
- Innovación (que incluye la producción y ventas). Otros describen el proceso innovador en dos fases principales: invención (la iniciación de la innovación) e implementación (puesta en marcha).
Los teóricos del crecimiento económico y social han argumentado que la innovación, y los avances tecnológicos asociados, son los catalizadores primarios del desarrollo porque aumentan la productividad de los recursos, son sostenibles a largo plazo y aumentan los niveles de bienestar. La prosperidad puede verse así como el resultado de una innovación bien dirigida que proporciona mejoras en la productividad.
Como Porter (1990) señaló, »los países que mejoran su calidad de vida son aquellos en los que las empresas son cada vez más productivas gracias al desarrollo de fuentes de ventaja competitiva más sofisticadas, basadas en el conocimiento, la inversión, la visión y la innovación».
Entonces, si la innovación conduce a una mayor prosperidad ¿no deberíamos saber más sobre innovación? Os lo iremos contando…
Autora: María J. Torreblanca