Elaborar un Proyecto de Implementación de un Sistema de Información
En nuestro camino hacia la implementación de un nuevo sistema de información o la mejora del existente ya hemos dado algunos pasos: reconocer la necesidad de la empresa de una mejora o cambio, aclarar los objetivos, recursos y tiempo para la puesta en marcha. Con todas estas ideas claras y antes de elaborar un Proyecto de Implementación de un Sistema de Información debemos barajar qué opciones se nos presentan: nos dedicamos a analizar las soluciones informáticas que existen en el mercado o vemos si tenemos suficientes recursos propios para desarrollar e implantar una solución propia.
Antes de seguir leyendo debo indicar que estas líneas las escribe una persona ligada personal y profesionalmente a una empresa, Gregal Soluciones Informáticas S.L., cuya visión y misión reside en ofrecer soluciones verticales para la gestión de las empresas. Por tanto, aunque los razonamientos que vienen a continuación son lo más objetivos posibles no están exentos de una lectura partidista.
A nuestro modo de ver un desarrollo a medida no es la primera opción que se debería plantear: hoy en día existen soluciones informáticas para todo tipo de empresas y dentro de esta para cada área de negocio, de hecho, solo el 21 % de las empresas que optan por implementar un ERP se inclinan por un software desarrollado a medida, el 79 % restante se inclina por un ERP estándar. Eso no es incompatible con el hecho que, en este segundo caso, se desarrollen funcionalidades o módulos sobre estas plataformas para completar la solución, de hecho esta es una exigencia hacia ese ERP estándar, que se pueda personalizar, un buen ejemplo de ERP estándar mundialmente implantado y que admite personalizaciones importantes lo tenemos en el producto Microsoft Dynamics NAV.
Aunque son muchos los parámetros en los que basarnos para analizar los pros y contras de una opción u otra (confianza en el desarrollo, coste de las licencias, coste de mantenimiento, coste y tiempo de implementación, tiempo de selección, coste de actualización, funcionalidad más o menos ajustada, soporte, infraestructura necesaria…).
Hay tres que marcan la diferencia a favor de un ERP estándar
• Un desarrollo a medida supone que todo el proceso de ajuste lo sufre únicamente tu empresa: hay que probarlo todo, rectificar aquello que no funciona, volver a probar, son procesos cíclicos.
• Ante un cambio legislativo o tecnológico, un desarrollo a medida supone la repetición de esos procesos cíclicos que comentábamos en el punto anterior: desarrollo, prueba, ajustes…
• Finalmente, si alguien nos hace ese desarrollo a medida, dependemos de ese alguien, sea una empresa externa o personal propio, ¿y si esa empresa cierra? ¿y si no me da buen servicio postventa? ¿y si desaparece la persona?.
Evidentemente, con un ERP estándar las tres incógnitas que hemos planteado se despejan favorablemente para la empresa.
Finalmente, con estas palabras no queremos decir que un ERP propio sea totalmente desechable, siempre habrá determinadas circunstancias que lo aconsejen, enumeramos las más objetivas:
• Que la empresa en cuestión realice una actividad muy específica para la que no se haya adaptado ningún ERP.
• Que la empresa decida mantener a toda costa sus procedimientos «muy particulares» y, por tanto, no esté dispuesta a adaptarse a métodos más estandarizados.
• Por supuesto, siempre que se cuente con un equipo de desarrollo fuerte y fiable.